martes, 17 de noviembre de 2009

Franja electoral: Somos todos del No

Comenzó a exhibirse la franja electoral presidencial y parlamentaria con la que todos los comandos quieren, según sus cálculos, conquistar al electorado. Tendremos 28 días de spots, gags, estrategias, competencia de rostros y algunas ideas geniales (otras ni cerca) que buscarán, sobre todo, emular la campaña del plebiscito de 1988.
Por Víctor A. Vargas Silva
Canciones pegajosas, rostros televisivos apelando a la emoción, al cariño y a la identificación del público. Podría ser cualquier campaña publicitaria tratando de vender algún nuevo producto…pero no: Es la franja política en la TV, un verdadero clásico de los periodos de elecciones que es esperado con ansias por partidarios, indecisos, especialistas y opinólogos que tratarán de explicar el porqué de cada toma y de cada frase. En términos políticos las interpretaciones pueden ser variadas, pero para el mundo de la publicidad televisiva hay datos claros en lo que respecta a ratings, tipos de audiencia y estrategias.

Los estudios de las consultoras Infoweek y Mori , y también analistas como Luis Argandoña, han dicho que la audiencia demuestra un mediano interés durante los primeros cinco días de emisión: las cifras históricas de rating bordea los 20 puntos en people metter, números que disminuyen paulatinamente mientras avanzan los 28 días en que la franja está al aire. Esto lo saben los comandos y ponen toda la "carne a la parrilla" en las primeras ediciones buscando impactar.
Pero muchos coinciden en que todas las campañas tienen algo de la famosa franja de No del año 1988, sin duda la más recordada.

Harnan Larraín Matte, encargado estratégico de la campaña de Sebastián Piñera, comentó para ADN Radio que se intentó un formato entretenido, y la mayor innovación posible estuvo en “romper los códigos clásicos y tratar de parecerse a la franja del NO”

Coincide en esto el investigador de audiencias y profesor de la UC, Luis Breull, quien contó en entrevista con radio Zero que el margen para la creatividad no es amplio: “no es posible inventar mucho porque el formato es limitado. La franja del No, de 1988, marcó un precedente difícil de borrar y todas quieren parecerse a esa”.

Por eso algunas personas se han visto algo confundidas: ¿suena un charango en la campaña de Piñera? Este aspecto ha llamado fuertemente la atención puesto que el uso de los íconos culturales se relaciona con un color político desde la elección que terminó con el gobierno militar.

Aún así hay diferencias claras: Primero de gasto, porque las franjas de Frei y Piñera son claramente superiores en este aspecto. Se ve claramente, también, en la calidad del “mono”, es decir, la cinematografía, locaciones, animaciones. Particularmente la imagen de las reuniones del grupo Tantauco, en la apuesta de la Alianza, parece cine publicitario. Claro, el encargado de esta sección es Claudio Droguett, reconocido realizador publicitario.

Pero con pocos recursos se puede lograr efectos importantes: El uso de rostros televisivos (principalmente de teleseries) de la campaña presidencial de Jorge Arrate está bien logrado porque sorprende y entretiene. Por otra parte, la construcción de la franja de Marco Enríquez-Ominami apuntó a la dinámica y el ritmo, acomodando mensajes políticos directos a una estructura tipo MTV.

Una cosa que está clara es que, para el mundo audiovisual, la campaña ofrece buenas posibilidades de ocupación y las figuras de nuestra criolla industria se deben alegrar de la llegada de los comicios. Claro, a los que les pagan, los que la hacen por amor al arte (en este caso a la opción política) deben usar la cabeza, un ejercicio que nunca está demás.



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