lunes, 8 de marzo de 2010

Deportes

Vladimir Rendic, pívot de Estudiantes:

“El Campioni del domani es una fiesta”
Con la adrenalina a mil, el basquetbolista juvenil oriundo de Recoleta, habla de su primera incursión en el campeonato de básquetbol más importante de Chile, de las posibilidades de campeonar y de su paso por la selección chilena. Ha sido un año redondo, pero el camino a la gloria ha estado lleno de peligros, una enfermedad a los huesos, casi lo deja afuera de la alta competencia.

Vladimir Rendic, a sus 16 años ya mide 1.95 m. de altura. Dice que cuando viaja en el Metro, se golpea la cabeza en las en las puertas de los vagones, y en su casa, tiene que dormir atravesado en su cama de dos plazas. Calza 46 y no es fácil comprar zapatillas, en las tiendas normales no existen y tiene que hacerlo en las casas especializadas donde son más caras. A la hora del almuerzo, Vladimir, come por dos o tres personas, pesa 86 kilos y las camisas para el uniforme del colegio las tiene que mandar hacer a una sastrería.

Pero ahora, la preocupación más importante para el pívot de Estudiantes, es transitar atento bajo los aros del parquet del Stadio Italiano, a la caza de un rebote que pueda significar un punto que los lleve al triunfo, en este disputado 37 º Campeoni del Domani.

¿Qué posibilidades tienen de llegar a la final?
-“Es difícil porque es la primera que participamos, empezamos ganando a Huachipato y después vencimos a Stadio Italiano que son los dueños de casa, pero perdimos con la Universidad de Chile, creo que nos faltó actitud”.

En el dormitorio de su casa en el sector de El Dorzal con Recoleta, de un muro cuelga una hilera interminable de medallas.
- “Todas me las ha dado el básquetbol” dice con sencillez y acepta fotografiarse al lado de una antigua fotografía en blanco y negro que está en la cabecera de su cama, es el equipo de Sokol de Antofagasta, donde jugaba su abuelo paterno en la década del 70. No es difícil adivinar de dónde viene esa pasión por embocar la pelota en el cesto.
- “No vi jugar a mi abuelo, ni siquiera lo conocí, pero mi juego es debajo del aro para tomar los rebotes y pivotear”. Admira a Shaquille O’Neal y por sobre todas las cosas a Manu Ginobili el doble medallista olímpico argentino que juega su equipo favorito en la NBA, los San Antonio Spurs. También es hincha de Colo-Colo y las raras veces que juega al fútbol lo hace bajo los tres palos.

¿Cual es tu referente en el básquetbol chileno?
- “Creo que yo puedo ser igual que cualquiera de los que juegan. De los basquetbolistas chilenos, el Pato Briones es el modelo a seguir, pero es difícil ser profesional. Mi sueño es ser militar, casi toda la familia de mi mamá son niformados, mi abuelo, mi tío. Un entrenador me dijo que tenía posibilidades de ingresar a la escuela militar a través del básquetbol. De todas maneras pienso estudiar, puede ser una ingeniería, pero quiero tener una profesión para tener segura mi platita, mientras mi abuelo jugó por Sokol nunca dejo de trabajar en su profesión aunque era profesional en su equipo”.

El camino para llegar a la selección juvenil de básquetbol no ha sido fácil, cuenta que cuando iba en 5º básico le diagnosticaron “osteo-necrósis”, una enfermedad vegetativa que provoca la muerte de los tejidos de los huesos. Tuvo una depresión.

- “Cuando iba en octavo, mientras jugaba en el gimnasio del colegio, tuve una lesión y me quebré la pantorrilla derecha producto de esa enfermedad, estuve 1 mes hospitalizado, seis meses haciendo cama en mi casa y dos años en rehabilitación, el doctor me dijo que nunca más podría volver ha hacer deporte”. Vladimir muestra una cicatriz de 25 cms. que tiene en su pantorrilla derecha, es la marca de la operación que le hicieron en el Hospital Calvo Mackenna, pero igual siguió entrenando y jugando en su colegio.

- “Estudiaba en el Liceo Rafael Sanhueza Lizardi de Patronato, ahí jugaba en torneos de distintas comunas, pero tomé la determinación de cambiarme al Liceo de Aplicación, porque allí había una actividad más intensa en el básquetbol, participábamos en campeonatos a un nivel más alto. Un día mientras lanzaba pelotas al cesto, me vio el entrenador Claudio Muñoz y me invitó a que me fuera a probar a Estudiantes, tenía quince años, me dijo que en el equipo había niños que eran buenos jugadores, que podría aprender. Al principio solo entrenaba, porque me daba miedo jugar un partido en competencia, por miedo a quebrarme nuevamente”.

Fue el momento cuando tomó la decisión de visitar al médico de Colo-Colo Álvaro Reyes con todo su historial médico y sus radiografías bajo el brazo, el especialista en medicina deportiva y traumatólogo, las revisó y le dijo que podía volver a jugar. Le aconsejó que protegiera su pierna con vendajes cada vez que jugara en torneos competitivos.

¿Cómo es el día de un estudiante de vive en Recoleta que juega por Estudiantes y que es seleccionado nacional de básquetbol?
- “Me levanto a las seis y media de la mañana, después de desayunar yogurt con cereales, me voy caminando a la estación Zapadores del Metro que queda a unas cuadras de mi casa para ir al Liceo de Aplicación en Alameda con Cumming . Estoy en clases hasta las dos de larde y me vuelvo a casa. Aquí al almuerzo y a las tres me voy a los entrenamientos en el Estadio del Banco Central en La Reina y si no es ahí, es en el Liceo de Aplicación, entreno como hasta la siete de la tarde y en ducharme y cambiarme de ropa ya son las 8 de la noche y regreso a casa. Aquí llego como a las nueve, en cenar ya me dan las 10. Luego me preocupo de las tareas del colegio o al estudio si tengo pruebas y me duermo como a las 11 de la noche”

¿Cómo te diviertes cuando no estás en el colegio o en un entrenamiento con tu equipo?
- “No voy a las discotecas, me junto con los amigos del barrio, escuchamos reguetón, jugamos play station, conversamos y también practicamos lanzando al cesto”.

¿Recibes alguna ayuda por practicar un deporte de alta competencia en Chile?
- “Mientras estuve en el Centro de Alta Competencia me entregaron polerones, cuando estuve en la Selección me daban colaciones. Todo lo de más me lo costean mis padres, la movilización, las zapatillas, todo. Aquí mismo en el barrio, al lado de mi casa hay una cancha de básquetbol particular, algunas veces me la prestan pero otras no, siempre inventan un motivo para no prestarla, no dejan ingresar a mis compañeros, dicen que debemos pagar por usarla”.

Son las cuatro de la tarde de este jueves 7 de enero de 2010, y Vladimir está impaciente, quiere partir pronto al Stadio Italiano porque el campeonato sigue su curso, a las seis de la tarde juega la Universidad de Chile, su rival directo y a las 10 de la noche a él le toca jugar junto a Estudiantes frente a la Universidad Católica, uno de los favoritos para adjudicarse el campeonato, si vencen a los cruzados, pasan a la siguiente ronda.

El Campioni del Domani es una fiesta que continúa hasta el domingo y Vladimir quiere seguir participando.


Félix Pérez
Periodismo PET
UNIACC